Por
Aníbal Montes
(publicado en el diario La Voz del Interior – 27/09/1950)
Corre el año 1814 cuarto
de la Libertad.
Veamos como procede uno de los tiranuelos del coloniaje, en su afán de esquilmar a los "indígenas" que aun quedaban y quitarles sus tierras.
Estos indígenas eran
en realidad los criollos de la época, de los cuales descienden los criollos
actuales, mestizados en mayor o menor grado con el hispano.
Tomaremos
como ejemplo al pueblo de Quilino. que otrora fuera el Feudo de los Cabrera desde
don Gerónimo el fundador. Fue la prenda preciada y más valiosa de tan ilustre familia.
Quilino
con sus buenos sistemas de regadío y fecundas tierras constituyó desde la Con quista, una comarca envidiable.
En vísperas del rompimiento de las cadenas que oprimían nuestra Patria,
encontramos al pueblo indio de Quilino bajo la férula de un terrateniente que ya
le había arrebatado muchas tierras y lo tenía cercado,
estrangulándolo y explotando sus habitantes. Y no se trata solamente de un latifundista abusador y egoísta que acapara tierras. Es algo mucho más grave que esto,
pues se trata del Juez Territorial de la zona, que inventa agravios y delitos
para extorsionar a los que gobierna.
Quilino no es una excepción elegida expresamente para argumentar.
El caso es general en todas las Comunidades indígenas y del cual me ocuparé en un libro especial
sobre el tema, que tengo en preparación. Pero citemos ahora este caso especial:
Sr. Gobernador Intendente:
"EL Regor. Defensor de Pobres, Protector Interino de Naturales
a reqo, de: Fco. Xavier Bazquez y Crisostorno
Olariaga, Indios de Quilino y don Mariano Usandivaras de este vecindario que tenía puesta
queja contra ellos, ante V. S. según derecho decimos: que atendiendo a la calidad d'hos
causados y por otras consideraciones, hemos con venido en separarse dho Dn. Mariano de las
acciones que tenía intentadas contra los referidos por daños que le han inferido y que a fin de
evitarlos en lo subcesivo del modo posible salgan de su arresto, conchavados
con el mismo Usandivaras, durante el tiempo y faenas
que los necesite mediante cuyo arbitrio se evitará la ociosidad a que
son propensos y podrán con su conchavo asegurarse mejor
los Reales tributos que adeuden sirviéndose V.
S. en consecuencia de lo expuesto y teniendo presente el tiempo de arresto que
han sufrido estos pobres mis protegidos, mandar sean puestos en libertad con
sujeción al concierto de conchavo que expresamos.
Cba. 10 de Dic. 1808. Dionisio Gonzánles y San Millan –
Mariano Usandivaras Aprobado – Concha”.
Vemos por este expediente que los indios quedan encadenados
al Juez Territorial en forma de conchavos “durante todo el tiempo y para todas
las faenas que a aquél se le antojen. No hay término para tal cadena y con
semejante trabajo “ilimitado” ellos deberán pagar los reales tributos que
adeuden. Estos tributos a la Corona Real
constituyen el impuesto o tasa que cada indígena debía pagar anualmente desde
la conquista. Era el pago de su propia esclavitud.
Es el caritativo Regidor Defensor de Pobres, Protector de
Naturales quien entrega sus protegidos así encadenados al terrateniente.
Aprueba este “concierto de conchavo” el Gobernador Concha que
dos años después será fusilado por orden de Mariano Moreno, como opositor a la Revolución de Mayo.
Nosotros tendríamos derecho a suponer que con esta Revolución
terminarían los sufrimientos de los americanos autóctonos.
Pero no fue así desgraciadamente, y podemos ver en Quilino
(como en tantas otras partes) el “contuinismo” de la acción del coloniaje
hispánico.
Estamos ahora en el “4º año de la libertad” (como dice el
sello del expediente) y no solamente es idéntico el régimen, sino que hasta son
los mismos personajes de Administración Territorial de la Corona Española , los que
intervienen. Veamos:
Leg. 4818 (1814) – Escribanía 4ª del Archivo Histórico de
Córdoba.
“Los indios de Quilino contra el Juez Territorial Tte. Cnl.
Don Mariano Usandivaras por el rigor e injusticia con que los persigue y
enemistad que les tiene.”
“El Regidor Defensor de Pobres a nombre de los tres Regidores
del Pueblo de San Roque de Quilino de esta Jurisdicción, Manuel Pereyra,
Daminán Cabrera y Juan Santo Monje (personada por el primero su mujer Josefa
Ruiz) y los indios de el Ramon Irsuta, Cruz Cabrera, Dionisia Garay, María de la
Paz Charras y Manuela Charras ante la
rectitud de V.S. dice que mis protegidos se arrojan a su notoria integridad a
implorar rendidamente la amada libertad decretada por nuestro piadoso Supor.
Govn. En honor del liberal sistema contra todo tirano opresor de nuestro suelo,
que con inhumanidad les tiene usurpada a título de Juez Territorial de dho
pueblo, el Tente. Coronel Dn Marno. Usandivaras a quien por lo tanto suplican
con justicia se le relebe y nombre
otro que separado de afanes e intereses propios, mire, atienda y gobierne a aquellos naturales con arreglo a las leyes y al obrar de cada uno.
Usandivaras parece ha distado mucho de todo esto y se ha propuesto
y empeñado atropellar contra todo derecho y humanidad a todos aquellos desválidos que
deve governar con prudencia y desinterés y no con la
espada desnuda del feroz rigor con que los ha
esclavizado; y no se oculta a V. S. que los cargos
que se confieren deven administrarse con rectitud y pureza y sin las feas
manchas que deslustran las superiores confianzas. Mis
protegidos no se alejan ni por un momento de las
que con mejor acierto haya V.S. en sujeto capaz de governarlos con el desinteres y
recta admn. que corresponde, con tal que no sea de la comportación de
aquel, que obra como quiere, y como enemigo capital de ellos, ni como los Carranzas, Moyanos,
Arze, ni el pardo Várela su substituto colindantes a Quilino que sólo desean arruinarlo
para ensancharse y hacerse dueños de él, a
quienes por estas razones tiene repugnados ante el Excmo. Supremo Director, el Regidor
Pascual Sayas cuya representación reproducen mis protegidos en todas sus partes pa.
qe. a mayor abundanto obre los efectos que haya lugar...
etc."..
Presentación de los
indios de Quilino
"Sr. Goverdor.
Int."Los oprimidos
indios del pueblo de Quilino 'N.N.N.N.N. que ahora resuellan y se alientan un poco
con la suspensión y ausencia a esta ciudad de su Juez
territorial el Tent. Coronel Dn. Mariano Usandivaras. bajan, señor,
unánimes a implorar de la notoria beneficencia de V.
S. por sí y a nombre de todos los demás que no pueden hacerlo, el que se sirva nombrar
otro sugeto desapasionado y capaz de governarnos con desinterés, prudencia, justificación y que
el paso que nos corrija de nuestros yerros, nos mire y atienda con el zelo
cristiano que deseamos".
"Nosotros no nos separamos de las sabias y justas Providas, que
se dicten para nuestro mejor arreglo; pero si huimos,
como devemos de las fieras ambrientas que
tantos años nos despedazan con las garras de sus poderosos brazos leoninos. Nuestro
jues es la una y sus ayudantes, Carranzas, Moyanos, Arze, Varela y otros
aliados, son las otras, que rodeándonos en todas épocas por todos los confines
de nuestros envididados suelos, no contentos de ser intrusos y botar sus
haziendas a engornar en ellos, se juntan al menor bramido para cazarnos
indefensos en nuestro centro y arrastranos a estas cárceles sin más
probabilidad que sus estudiosos falsos informes de latrocinios y desovediencias
con que siempre nos han acriminado.
“Así
han sorprendido a los gobiernos antiguos para ganar sus Providencias y
quemarnos ranchos, corrales y zegarnos pozos y aguadas que en varios puestos
teníamos trabajados para nuestras haziendas, porque estorbaban sin duda a las
suyas y así lo han continuado en los presentes sin que nos hayan justificado
jamás el menor delito por los trámites del derecho, ni sean capacez nuestros
enemigos de señalar a V. S. en el día, indio de este pueblo que les haga daño alguno…
etc.”
“Es
contra todo derecho jurídico y natural, y como tal repugnante al piadoso
sistema de nuestro savios gobiernos, a cuya protección nos acogemos, esperando
de la de V. S. lo que en el exordio justamente solicitamos, y que se sirva
elevar al Supremo Director esta nuestra representación unida a la de nuestro
Regidor Pascual Sayas”.
"Los
testigos Mariano Azevedo, Pasqual Agüero, Bautista Bravo, indios de Quilino
aseguran que vinieron a Córdoba acompañando a Pasqual Sayas, que traía un
escrito con "los padecimientos que habían tenido en este pueblo, al
Supremo Director y marchar la
Capital de esta Provincias Unidas a esperar la contestación
de S.E.".
Sigue
otro escrito de Pasqual Sayas, en papel con membrete
de las Armas del Rey (pero con una
línea impresa al lado que dice: valga para el 4º y 5º
años de la libertad). Aquí se ve que las tierras de Quilino de que ya
han sido despojados los indios son los de "Los
cadillos", "Las Barrancas", "Sauce
Chiquito", "San Pedro" y otros, dejandolos acorralados en el pueblo.
Las
incidencias de este litigio se continúan.
El
señor Gobernador Intendente resuelve nombrar un Juez
que investigue en Quilino. Gobierna entonces en Córdoba un señor
cuya firma es Ocampo. Se trata nada menos que de] General Don. Antonio. Ortiz de Ocampo,
que condujo tres años antes desde Buenos Aires el Ejército Libertador en su viaje al
Norte del país.
En
plenas fiestas de San Roque, Patrono de Quilino el
propio pardo Várela al frente de 30 jinetes traídos de Ischilín asalta al
pueblo y toma preso al Juez.
Es
el .Tte. Coronel Usandivaras y sus secuaces que
siguen atemorizando y esclavizando al pueblo de Quilino, en pleno año 1814, 4º
año de la libertad.
Son
las fuerzas regresivas del predominio español, que en
las narices del Comando Revoluncionario, sustrae los hombres movilizables,
que debieron haberse incorporado al Ejército
Libertador y son en cambio empleados para asaltar la propia justicia que
actuaba en nombre del nuevo gobierno constituído en Buenos Aires.
Este
episodio se repite en todo el territorio argentino en esa época. Constituye en
realidad la contrarrevolución, que a espaldas de los Ejércitos Patriotas,
contribuyó a traer sobre las Provincias Unidas nuestra incipiente Patria, los
aciagos días que amenazaron con hacerla sucumbir.
Es en
esta misma época que sucede aquel episodio contado por el General Paz en sus
“Memorias” y que nos relata Ricardo Rojas en su admirable “Santo de la Espada ”.
“Un
día el mayordomo de la estancuela (Saldán), que es español, castiga a un peón
que es americano, dándole golpes. El peón se queja, y San Martín le contesta
que ha hecho bien de sobarlo el godo maturrango, si después de tres años de
revolución aún hay criollos que lo aguantan.
“Esta
es una revolución de carneros! Exclama con despecho.
“El
criollo aprende la lección y venga los golpes hiriendo al español de una
cuchillada, San Martín aplaude al criollo”.
Pero
San Martín no sabe que algunas leguas al Norte de Saldán, hay muchos criollos
de edad militar, que apoyan abiertamente a las fuerzas regresivas del
coloniaje.
Criollos
de a caballo, que tanta falta le hacían a los quebrantados Ejércitos
Patriotas!.
En
Quilino, como en tantas otras comarcas del territorio argentino, los indígenas,
auténticos americanos en cuyo nombre se hace la guerra, son esquilmados y
despojados por la brutalidad y egoísmo de sus seculares opresores: los señores
feudales del latifundio!
Así
se inició nuestra Patria, que poco después fue a parar a las garras del tirano
Rosas, fiel y auténtica expresión del feudalismo colonial.